jueves, 20 de febrero de 2014

YO CREÍA EN LA JUSTICIA

Yo creía en la Justicia.

Preparando la Vista Previa en el despacho de mi abogado, le dije a mi abogado que llamara como testigos a mi hermana y a mi cónyuge. Me respondió:
- ¿Qué credibilidad crees  que le puede dar un juez a las manifestaciones de tu hermana o de tu cónyuge? Ninguna; en nuestro sistema judicial, por desgracia, es habitual que los testigos de parte mientan. Por eso los jueces no dan credibilidad a los testigos, sobre todo a los que son familiares directos, basándose fundamentalmente para dictar sentencias en la prueba documental y pericial que son más fiables.

Me pareció algo razonable, por eso no insistí a pesar de que iban a testificar la verdad.

Mi abogado pecó de ingenuo creyendo que en nuestra judicatura solo hay buenos jueces y magistrados.

La demandada presentó como testigo a su hermana. A pesar de las contradicciones en el interrogatorio, según preguntase el abogado de la demandada o el abogado de demandante, y la total incompatibilidad de sus manifestaciones con la prueba documental y pericial. La jueza de primera instancia, Dña. Elvira Pérez Martínez, y tres ilustrísimos magistrados, D. José María Magaña Calle, D. José María Morillo Velarde Pérez y D. Félix Degayón Rojo, dan total credibilidad a la testigo. Y lo más grave, sin motivar por qué dan credibilidad a la testigo.




Dejé de creer en la Justicia, desde entonces retumba en mi alma aquella frase de Berlolt Brecht “Algunos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia.”