¡Justicia!
¡Justicia!
Pero ¿qué palabra es esta
que no conocen los dioses?
¿Qué palabra es esta
que no han aprendido los dioses todavía?
¿Qué palabra es esta
que enloquece a Don Quijote
y encabrita a Rocinante?
¿Qué palabra es esta
que hace gritar al <<Caballero>>
y relinchar a su caballo
con una horrible mueca
de aldaba,
de aldabón
que llama en la noche,
que golpea en el cielo,
que retumba en el universo…?
¡Justicia…Justicia…Justicia!
Y los dioses se asustan
y se preguntan aturdidos
¿qué palabra es esta?
Justicia, grita el caballero…
Justicia, repite su montura…
Justicia, grita don Quijote…
Justicia, relincha Rocinante…
Justicia, grita el hombre
y justicia relincha delirante su caballo.
Grito…relincho…Justicia.
<<Justicia…justicia…justicia.>>
He aquí un verso precioso, eneasílabo
desconocido de los dioses.
He aquí un verso
que no conocen los dioses todavía.
León Felipe
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